Desde 1947
El Hotel Ruíz Milán es un establecimiento que ofrece servicio de alojamiento temporal; logística de eventos sociales y servicio de alimentos y bebidas en donde buscamos brindar a todos nuestros huéspedes y visitantes una atención personalizada y cálida, a través de todos los colaboradores, que nos comprometemos día a día hacer de su estadía un momento agradable e inolvidable en el Puerto de Veracruz.
El Hotel Ruíz Milán fue fundado en mayo de 1947 contando únicamente con 40 habitaciones distribuidas en cuatro pisos, en un solo edificio.
En 1952 se construyó el 5to piso y en 1963 se realizó la primera gran remodelación incorporándose la alberca. Un año importante para el Hotel fue en 1982 cuando se construyó el segundo edificio ampliando nuestras instalaciones a 88 habitaciones.
En 1992 se ofrecen nuevos servicios, tales como, cafetería y salones para eventos sociales o de negocios, que en 1996 se incorpora un salón más ofreciendo una capacidad hasta para 250 personas.
Entre los años de 1998 y 2000 se realiza otra gran remodelación, cambiando los ventiladores por aire acondicionado; se cambia la decoración de interiores por un estilo más innovador y moderno al igual que la fachada, mostrando la nueva imagen del hotel.
En el año 2004 se reacomodan ciertas habitaciones, dando como resultado a las actuales 98 habitaciones. Para el año 2014 se realizó la tercera gran remodelación con la que actualmente hemos estado manteniendo para la comodidad de nuestros huéspedes. Iniciamos operaciones únicamente con 8 colaboradores, actualmente, somos aproximadamente 50 personas que día con día nos comprometemos a dar el mejor servicio y atención que usted se merece.
Somos un Hotel Tradicional, ubicado en el corazón turístico del Centro Histórico del Puerto de Veracruz, el Paseo del Malecón.
Nuestros Valores
1. Atención al cliente
2. Empatía
3. Orientación al cliente
4. Trabajo en equipo
5. Disponibilidad
Tratamos de estar presente e incluso anticiparnos a los requerimientos de nuestros clientes.
6. Honradez
Respetamos la distribución de los bienes materiales, actuando siempre bajo los márgenes de los principios éticos. Eso incluye no mentir, no inculpar a los demás, no robar y no engañar.